Bueno, me presento con el siguiente capítulo de Manual de Supervivencia Zombie.
Este es mucho más largo, así que espero les guste.
ARMAS Y DEFENSAS
Prepararse para un ataque zombie no implica crear un arsenal ni transformarse en un survivalista armado hasta los dientes. El arma principal sigue siendo el cuerpo humano, ya que correr largas distancias y combatir cuerpo a cuerpo son parte de la preparación para este tipo de combate.
El tema de las armas es delicado, ya que aquí y ahora existe un universo de leyes que limitan su uso y posesión. Es indispensable obedecer esas leyes y no es necesario violentarlas para estar listo.
De hecho, la mejor arma suele ser un objeto contundente, que sirva para atacar el único punto débil del zombie, el cerebro. Como ya se explicó, el zombie no siente solo y es psicológicamente invulnerable a toda herida o mutilación. La única manera de detenerlo es destruyendo su cerebro, el órgano central y sede de la infección.
Lo que nos lleva a una discusión de todo tipo de espadas, hachas y objetos cortantes pesados. Pese a las infinitas películas dedicadas al tema, utilizar estas armas con eficiencia es mucho más difícil de lo que parece por lo que, a menos que uno entrene en deportes de esgrima, se aconseja no utilizarlas. Para peor, muchas de estas armas en el mercado son realmente ornamentales y nunca fueron concebidas para ser usadas en combate real.
En realidad, lo mejor es dirigirse a la ferretería y elegir una herramienta. Los martillos son ideales, excepto en que son demasiado cortos y fuerzan a un contacto muy cercano y por tanto peligroso. La masa de demolición soluciona el problema con un mango largo, pero es un objeto pesado, cansador, y para ser efectivo tiene que revolearse de un modo imposible si se está enfrentado a más de un zombie. De hecho, lo mejor es llevar una barreta de hierro, que no es tan pesada y tiene el largo suficiente para mantener distancia. La barreta convencional tiene un extremo recto con una uña afilada y el otro curvo, con una cuña en V, lo que permite dos tipos de golpe a la cabeza. Esta herramienta tiene el agregado adicional que permite abrir puertas, algo muy útil en el caso de desastre extremo de una epidemia masiva, que fuerce a buscar alimentos en casas abandonadas.
Por supuesto que en un caso así no se puede depender apenas de un arma. Una segunda defensa puede ser un hacha pequeña o un machete, de un similar a la barreta, y hasta un cuchillo de caza, con la advertencia de que eso implica clavárselo al zombie en el ojo. Lanzas, mazos medievales, picas y demás extravagancias deben quedar relegadas a la utilería del cine.
La arquería es una opción reservada a los que ya la practican y tienen una habilidad real con arcos y ballestas. Como el zombie sólo es vulnerable en la cabeza, el blanco es notablemente difícil de lograr. Lo mismo ocurre con el delicado tema de las armas de fuego. Las automáticas de combate quedan fuera de cuestión: fueron creadas para abatir seres humanos sin necesidad siquiera de matarlos y lo que tienen en velocidad y alcance no lo tienen en precisión. El arma de pelea contra los zombies tiene que ser precisa, diseñada más como una pieza de cacería que de guerra, y un calibre suficiente como para crear un daño terminal en el cerebro.
Estar rodeados de zombies no es la ocasión ideal para hacer tiro de precisión. Por tanto, a la hora de practicar este tipo de combate es necesario imaginar un perímetro de seguridad y colocar el blanco a esta distancia. Cuando el zombie sobrepasa esta línea ideal, es hora de huir o, si no es posible, pasar a las armas de combate cuerpo a cuerpo.
Un zombie no puede ser intimidado, ni envenenado -su cuerpo ya está muerto- ni electrocutado, excepto con voltajes altísimos. Pero puede ser quemado con combustibles y puede ser volado en pedazos, técnicas recomendables sólo en casos desesperados o como parte de una trampa bien pensada.
Una palabra final sobre la tentación de crear una armadura: cuidado con el peso. La mejor defensa táctica contra los zombies es la movilidad y el kevlar es muy pesado. Un traje de buzo de alta calidad, de los que tienen malla metálica interna, es una buena posibilidad, como es en invierno un sobretodo del tipo militar, de lana gruesa. Pero todo lo que disminuya la capacidad de moverse, correr y saltar es una desventaja.
Bueno, esto es todo por ahora !
Después voy a venir con más capítulos.
Ah, y prontito mis fotos del BDay.
Saludos.
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