[TODOS los que van a estar en las fotos están por una razón: porque de alguna manera u otra, formaron parte de mi año; haya sido para bien o mal].

Enero. Realmente tengo que decir que fue un mes basado en la joda: Alcohol, desmadre (?) y demás. Mi 2014 había estado lleno de tanta mierda que realmente necesitaba "limpiarme"; limpiar mi sistema. Así que así arrancamos, brindando todo ese mes como se debía. Puro alcohol.


Después de finalizado el verano, empezó toda la mierda del colegio y demás. Pero las noches y las amistades estaban a la orden del día (Y otras cosas se avecinaban).

Creo que ni yo me puse a imaginarmelo, para los que me conocen, saben que yo siempre fui muy solitaria, tímida e independiente. Pero en el fondo siempre quise tener a alguien al lado mío, a alguien que estuviese siempre y me comprendiera. Hasta que apareció en mi vida, claro, él también tiene sus demonios, pero lo comprendo y él a mi. Entonces todo está bien. Lo amo así. Y está bien.
Obviamente, hubo (y hay) gente que le encanta hacerme la vida imposible y no me deja disfrutar y hacer las cosas que sólo se viven ahora, en esta edad, y que después no vuelven. Gente que vive a miles de kilómetros y pretende controlar nuestras vidas, juzgar por lo que simplemente ve en las redes sociales; y ni siquiera molestarse en llamar. Yo soy la mejor hija que puedo ser, doy lo mejor de mi y más aún. Más de lo que vos podes llegar a dar en tu vida, y más de uno sabe que tengo razón. Vivo con la conciencia tranquila de que mi mamá sabe quien soy y sabe quién sos vos.

Por suerte, otra alegría llegó a mi vida el 27 de junio (que fecha, no?). Tal vez algún día, cuando seas más grande, leas esto y quiero que sepas que cuando tu tío me avisó que habías llegado al mundo, lloré. Lloré de emoción porque te esperaba, porque te necesitaba en mi vida y no podía esperar para ver tu carita. Llegaste y me alegraste un poco más la vida que estaba empezando a rearmar.

Después, el tiempo corrió más rápido. Viaje a Buenos Aires, pelo rojo, vacaciones, mi novio viajando a otra provincia, empezar las clases de nuevo, que me dieran de regalo por el día del niño que iba a ser madrina de mi pequeñisima princesa. Tanto en tan poco tiempo que estaba irradiando felicidad.

Más días con mi novio y amigos, muchos exámenes complicados, gente que seguía estorbando en mi vida, y así fue volviéndose mi vida una rutina. Una rutina a la cual me volví a acostumbrar.

También me decidí a recuperar viejas amistades, aquellas a las que en el fondo echaba muchísimo de menos. Aunque no se notara, sí las echaba de menos; y me dí cuenta de que en realidad no quería perderlos definitivamente por cosas del pasado. Quería que todo fuese un poquito más como antes.

Este año me relajé un poquito más, decidí no estar tanto bajo presión. Y mientras otros se empeñaban en hacerme la vida imposible, yo estaba feliz, sin importarme que me iba a decir esa persona que tanto se metía en mi vida.

Me convertí en madrina por primera vez en mi vida, y de un ser bellísimo que cada vez que la miro está con una sonrisita que me vuelve loca y me alegra cada día.

Tuve el placer de conocer gente nueva, que a estas alturas quiero muchísimo y que son personas geniales. Realmente les tengo mucho cariño, ya vivimos cosas tan lindas los 4 que espero que sigan pasando por bastante tiempo más!


También pude soltar y dejar atrás algunos demonios que me hacían mal, y a los que solía volver antes. Ahora forman parte de mi pasado, y no son algo a lo que necesite (ni quiera) volver.
Puedo decir que doy lo mejor como persona y adolescente, y que cada día para mi es una total aventura; donde río, me enojo, lloro, me vuelvo a reír y me relajo. Todo eso puede suceder y no me molesta, no me preocupa.
Estoy agradecida de la familia que tengo, que podrá ser ensamblada y tendrá sus problemas, pero me llena de orgullo. Agradecida de mis amigos, tanto los viejos como los nuevos, que están siempre ahí a pesar de cualquier problema. Agradecida del chico que llegó a mi vida, que sé que no apareció de casualidad. Que llegó para cambiar mi vida.
Estoy agradecida de todo. Se termina un año más, un capítulo más en mi vida, uno que es un poco mejor que el anterior. Y sé que estoy intrigada del capítulo que se acerca.
Hoy, a pesar de todo, puedo decir que soy feliz.